Indra pasa al ataque y caza talento en Santa Bárbara
Por el momento, el presidente de la compañía española de defensa y seguridad ha fichado al hasta ahora secretario general, Ángel de Álvaro, y al director de comunicación, Rafael Moreno
La Moncloa redobla la presión para que Indra compre Santa Bárbara y salvar el 8x8

La mejor defensa, un buen ataque. Y como presidente de una compañía dedicada a esos menesteres, Indra, Ángel Escribano, lo sabe mejor que nadie. Entre sus intenciones más inmediatas, reconocidas recientemente, estaba buscar la forma de hacerse con el control de Santa Bárbara Sistemas, ... una idea impulsada también desde el Gobierno, y ante la negativa de la matriz norteamericana de la española, General Dynamics (GDELS), decidió cambiar la estrategia: si no hay activos que comprar, hay talento que fichar. Y en esas está.
Según ha podido saber ABC, tras «recibir calabazas por parte de Santa Bárbara», el presidente de Indra ha contraatacado y está lanzando ofertas de trabajo a trabajadores clave de la empresa de armamento española, que fue pública hasta 2001, cuando fue vendida a General Dynamics.
De hecho, en cuestión de días, Indra ha firmado la incorporación de dos directivos de la compañía: el primero, el ya ex secretario general Ángel de Álvaro, para pasar a dirigir el área jurídica de Indra. El segundo, Rafael Moreno, el también ya exdirector de comunicación de Santa Bárbara, que ha pasado a ocupar idéntico cargo en la compañía presidida por Ángel Escribano.
Las fuentes consultadas aseguran que no serán los únicos directivos que «pesque» Escribano en Santa Bárbara, ya que está tanteando a otros, con similares características que estos dos primeros, con larga trayectoria y prestigio en la empresa española. Los rumores apuntan a la directora de operaciones, Beatriz Gómez, según la publicación Infodefensa.
Y es que el presidente de Indra, en el marco de su comparecencia en la comisión mixta de Seguridad Nacional en el Congreso del pasado 13 de marzo, reconoció estar muy interesado tanto en los activos como en el 'know how' de la compañía filial de General Dynamics. De hecho, dijo haber lanzado una oferta –«con la mejor de las voluntades», aseguró Escribano– para hacerse con la fábrica de la compañía en Trubia (Asturias), planta en la que se produce el blindado 8x8 Dragón para el Ejército español a través del consorcio Tess Defence, controlado por Indra y en el que también participan Santa Bárbara Sistemas, Sapa Placencia y Escribano Mechanical & Engineering (EM&E).
Indra, en la que el Estado español a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tiene una participación del 28%, cuenta con el apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez, que lleva meses presionando a la norteamericana para que venda su filial a la española e intentar que vuelva a la órbita pública tras su privatización hace 24 años con el Partido Popular y José María Aznar al frente del Ejecutivo.
Escribano anunciaba que además de anhelar sus activos para cuadruplicar el tamaño de Indra en los próximos tres o cuatro años, estaba convencido de que incluso la tecnología que se ha desarrollado en la filial española «debe quedarse en España». Un extremo que «enfadó» a los norteamericanos deslizando que en el caso de deshacerse de activos se llevarían sus patentes y sus licencias.
De hecho, las fuentes próximas a la norteamericana reiteran a este periódico que Santa Bárbara podría seguir funcionando como tal si fuera vendida finalmente, aunque variaría su accionista. El dueño sería Indra en lugar de General Dynamics, sí, «pero lo que en ningún caso se quedaría en Santa Bárbara son las licencias de sus productos, ni la sede, donde se llevaría todo su 'know how'; si bien, podrían desprenderse de trabajadores y maquinaria». Añaden que hasta la fecha, lo cierto es que Indra no ha fabricado ni un solo vehículo terrestre de combate y, por mucho que compre Santa Bárbara, sin las patentes y licencias de GDELS no va a hacer ni un solo blindado.
Comprar una factoría sí o sí
El presidente de Indra explicó igualmente en dicha comisión que la operación de compra de la fábrica asturiana resultó fallida al mismo tiempo que anunciaba que intentará, sin embargo, comprar una «factoría grande» a Duro Felguera en Gijón (Asturias) para reconvertirla y «fabricar vehículos» y material militar. «Rescataremos a las 120-150 personas que están en esa fábrica y nos pondremos a hacer vehículos», decía Escribano en la comisión en el Congreso.
Escribano no entró en detalle de a qué factoría se refería en concreto ni tampoco del importe de la potencial adquisición. Duro Felguera cuenta en Gijón con una empresa de calderería pesada especializada en la fabricación de recipientes a presión para la industria petroquímica y el sector nuclear. «Tenemos que volver a generar las capacidades de fabricación que nunca se debieron perder, cambiaron el chip y empezaron a contratar y se perdieron las empresas grandes y sus cadenas de valor, y hay que aprovechar la materia prima española y ponerse a fabricar para tener valor y autonomía estratégica», apuntó Escribano.
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